Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
LEE Y CAMBIA EL MUNDO
lunes, 30 de diciembre de 2013
CENA DE NOCHE VIEJA : RECETA DE LA ALEGRÍA
INGREDIENTES:
1.Kg. de recuerdos infantiles.
2.Tazas de sonrisas .
2'5.Kg.de esperanzas.
100.Gramos de ternura.
5.Latas de cariño.
40.paquetes de alegria.
1.Pizca de locura.
8.Kg. de amor .
5.Kg. de paciencia.
PREPARACION:
1.Limpia los recuerdos quitándoles las partes que estén echadas a perder
o que no sirvan.Agregale una a una las sonrisas hasta formar una pasta suave y
dulce.
2.Ahora,añade las esperanzas y permite que repose hasta que doble su
tamaño .
3.Lava con agua cada uno de los paquetes de alegria,pártelos en pequeños
pedacitos y mezcla con todo el cariño que encuentres.
4.Aparte,incorpora la paciencia,la pizca de locura y la ternura
cernida.
5.Divide en porciones iguales todo el amor y cúbrelo con la mezcla
anterior.
6.Hornéalas durante toda tu vida en el horno de tu corazón.
7.Disfrútalas siempre con toda tu familia .
CONSEJO:Puedes agregar a la mezcla anterior dos cucharadas soperas de
compresión y 300 gramos de comunicación para que esta receta dure para siempre …
lunes, 16 de diciembre de 2013
LA PEQUEÑA LUCIÉRNAGA
Había una vez una comunidad de luciérnagas que habitaba el interior de un gigantesco lampati, uno de los árboles más majestuosos y antiguos de Tailandia. Cada noche, cuando todo se volvía oscuro y apenas se escuchaba el leve murmurar de un cercano río, todas las luciérnagas salían del árbol para mostrar al mundo sus maravillosos destellos. Jugaban a hacer figuras con sus luces, bailando al son de una música inventada para crear un sinfín de centelleos luminosos más resplandeciente que cualquier espectáculo de fuegos artificiales.
Pero entre todas las luciérnagas del lampati había una muy pequeñita a la que no le gustaba salir a volar.
- No, hoy tampoco quiero salir a volar -decía todos los días la pequeña luciérnaga-. Id vosotros que yo estoy muy bien aquí en casita.
Tanto sus padres como sus abuelos, hermanos y amigos esperaban con ilusión la llegada del anochecer para salir de casa y brillar en la oscuridad. Se divertían tanto que no comprendían por qué la pequeña luciérnaga no les quería acompañar. Le insistían una y otra vez, pero no había manera de convencerla. La pequeña luciérnaga siempre se negaba.
-¡Que no quiero salir afuera! -repetía una y otra vez-. ¡Mira que sois pesados!
Toda la colonia de luciérnagas estaba muy preocupada por su pequeña compañera.
-Tenemos que hacer algo -se quejaba su madre-. No puede ser que siempre se quede sola en casa sin salir con nosotros.
-No te preocupes, mujer -la consolaba el padre-. Ya verás como cualquier día de estos sale a volar con nosotros.
Pero los días pasaban y pasaban y la pequeña luciérnaga seguía encerrada en su cuarto.
Una noche, cuando todas las luciérnagas habían salido a volar, la abuela de la pequeña se le acercó y le preguntó con mucha delicadeza:
-¿Qué es lo que ocurre, mi pequeña? ¿Por qué no quieres venir nunca con nosotros a brillar en la oscuridad?
-Es que no me gusta volar-, respondió la pequeña luciérnaga.
-Pero, ¿por qué no te gusta volar ni mostrar tu maravillosa luz? -insistió la abuela luciérnaga.
-Pues… -explicó al fin la pequeña luciérnaga-. Es que para qué voy a salir si nunca podré brillar tanto como la luna. La luna es grande, y muy brillante, y yo a su lado no soy nada. Soy tan diminuta que en comparación parezco una simple chispita. Por eso siempre me quedo en casa, porque nunca podré brillar tanto como la luna.
La abuela había escuchado con atención las razones de su nieta, y le contestó:
-¡Ay, mi niña! hay una cosa de la luna que debería saber y, visto lo visto, desconoces. Si al menos salieras de vez en cuando, lo habrías descubierto, pero como siempre te quedas en el árbol, pues no lo sabes.
-¿Qué es lo que he de saber y no sé? -preguntó con impaciencia la pequeña luciérnaga.
-Tienes que saber que la luna no tiene la misma luz todas las noches -le contestó la abuela-. La luna es tan variable que cada día es diferente. Hay días en los que es grande y majestuosa como una pelota, y brilla sin cesar en el cielo. Pero hay otros días en los que se esconde, su brillo desaparece y el mundo se queda completamente a oscuras.
-¿De veras hay noches en las que la luna no sale? -preguntó sorprendida la pequeña luciérnaga.
-Así es -le confirmó la abuela. La luna es muy cambiante. A veces crece y a veces se hace pequeñita. Hay noches en las que es grande y roja y otras en las que desaparece detrás de las nubes. En cambio tú, mi niña, siempre brillarás con la misma fuerza y siempre lo harás con tu propia luz.
La pequeña luciérnaga estaba asombrada ante tal descubrimiento. Nunca se había imaginado que la luna pudiese cambiar y que brillase o se escondiese según los días.
Y a partir de aquel día, la pequeña luciérnaga decidió salir a volar y a bailar con su familia y sus amigos. Así fue como nuestra pequeña amiguita aprendió que cada uno tiene sus cualidades y por tanto, cada uno debe brillar con su propia luz.
DESCONOCIDO
Pero entre todas las luciérnagas del lampati había una muy pequeñita a la que no le gustaba salir a volar.
- No, hoy tampoco quiero salir a volar -decía todos los días la pequeña luciérnaga-. Id vosotros que yo estoy muy bien aquí en casita.
Tanto sus padres como sus abuelos, hermanos y amigos esperaban con ilusión la llegada del anochecer para salir de casa y brillar en la oscuridad. Se divertían tanto que no comprendían por qué la pequeña luciérnaga no les quería acompañar. Le insistían una y otra vez, pero no había manera de convencerla. La pequeña luciérnaga siempre se negaba.
-¡Que no quiero salir afuera! -repetía una y otra vez-. ¡Mira que sois pesados!
Toda la colonia de luciérnagas estaba muy preocupada por su pequeña compañera.
-Tenemos que hacer algo -se quejaba su madre-. No puede ser que siempre se quede sola en casa sin salir con nosotros.
-No te preocupes, mujer -la consolaba el padre-. Ya verás como cualquier día de estos sale a volar con nosotros.
Pero los días pasaban y pasaban y la pequeña luciérnaga seguía encerrada en su cuarto.
Una noche, cuando todas las luciérnagas habían salido a volar, la abuela de la pequeña se le acercó y le preguntó con mucha delicadeza:
-¿Qué es lo que ocurre, mi pequeña? ¿Por qué no quieres venir nunca con nosotros a brillar en la oscuridad?
-Es que no me gusta volar-, respondió la pequeña luciérnaga.
-Pero, ¿por qué no te gusta volar ni mostrar tu maravillosa luz? -insistió la abuela luciérnaga.
-Pues… -explicó al fin la pequeña luciérnaga-. Es que para qué voy a salir si nunca podré brillar tanto como la luna. La luna es grande, y muy brillante, y yo a su lado no soy nada. Soy tan diminuta que en comparación parezco una simple chispita. Por eso siempre me quedo en casa, porque nunca podré brillar tanto como la luna.
La abuela había escuchado con atención las razones de su nieta, y le contestó:
-¡Ay, mi niña! hay una cosa de la luna que debería saber y, visto lo visto, desconoces. Si al menos salieras de vez en cuando, lo habrías descubierto, pero como siempre te quedas en el árbol, pues no lo sabes.
-¿Qué es lo que he de saber y no sé? -preguntó con impaciencia la pequeña luciérnaga.
-Tienes que saber que la luna no tiene la misma luz todas las noches -le contestó la abuela-. La luna es tan variable que cada día es diferente. Hay días en los que es grande y majestuosa como una pelota, y brilla sin cesar en el cielo. Pero hay otros días en los que se esconde, su brillo desaparece y el mundo se queda completamente a oscuras.
-¿De veras hay noches en las que la luna no sale? -preguntó sorprendida la pequeña luciérnaga.
-Así es -le confirmó la abuela. La luna es muy cambiante. A veces crece y a veces se hace pequeñita. Hay noches en las que es grande y roja y otras en las que desaparece detrás de las nubes. En cambio tú, mi niña, siempre brillarás con la misma fuerza y siempre lo harás con tu propia luz.
La pequeña luciérnaga estaba asombrada ante tal descubrimiento. Nunca se había imaginado que la luna pudiese cambiar y que brillase o se escondiese según los días.
Y a partir de aquel día, la pequeña luciérnaga decidió salir a volar y a bailar con su familia y sus amigos. Así fue como nuestra pequeña amiguita aprendió que cada uno tiene sus cualidades y por tanto, cada uno debe brillar con su propia luz.
DESCONOCIDO
sábado, 7 de diciembre de 2013
Nelson Mandela - La Sudafrica de Mandela. GRACIAS POR TU VIDA.
Nació en 1918 en el seno de una tribu africana, fue educado para liderar al grupo. En ese momento Sudáfrica era un país dominado por los blancos y, ya desde muy joven, inició su lucha por la igualdad.
Su lucha le llevó a prisión. Nelson Mandela lideró desde la cárcel la batalla por la libertad de los negros. Mientras, en todo el mundo se sucedían las manifestaciones pidiendo su liberación. En Julio de 1988 el movimiento antiapartheid se concentra por la liberación de Nelson Mandela. Jóvenes del mundo entero celebran su 70 cumpleaños. En la tribuna se alza el premio Nobel de la Paz Desmond Tutu, una voz difícil de acallar.
Mandela fue finalmente liberado a los 71 años tras 27 en prisión; el futuro de Sudáfrica descansaba sobre sus hombros. Con 76 años se convirtió en el primer Presidente de Sudáfrica elegido en unas elecciones democráticas.
Un luchador por la paz y los derechos humanos. Una Leyenda. Un hombre.
GRACIAS POR TU VIDA MANDELA.
miércoles, 4 de diciembre de 2013
martes, 3 de diciembre de 2013
martes, 26 de noviembre de 2013
lunes, 25 de noviembre de 2013
DÍA MUNDIAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Quiero... Por Jorge Bucay
"Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mí, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mí.
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mí…
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mí.
Quiero que me protejas, sin mentiras
Quiero que te acerques, sin invadirme…
Quiero que conozcas las cosas mías que más te
disgusten,
que las aceptes, y que no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas que hoy, por lo menos hoy, tú puedes
contar conmigo...
Sin condiciones."
viernes, 22 de noviembre de 2013
lunes, 28 de octubre de 2013
BIENVENIDOS AL TALLER DE LECTURA …
Podríamos decir que el Taller de Lectura es un enfoque
metodológico… para trabajar estrategias… Preferimos decir
que leer es disfrutar
y
queremos compartir lecturas y gozos. Así queda bastante
claro lo que
pretendemos.
Para ello vamos organizando
a lo largo del curso: concursos literarios,
animaciones lectoras, Cuentacuentos,
maleta que
viajan repletas de libros, padres y profesores que
vienen a contar cuentos a
las
aulas,
autores que nos
visitan,exposiciones de libros…
Todo encaminado a mover a nuestros alumnos a leer.
Iniciamos este curso “La Libroteca”
( el blog de los
más lectores) donde
se podrá seguir
de cerca todo
lo que vamos
haciendo.
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